Durante su historia centenaria la radio encumbró o abatió figuras, ensalzó o combatió modelos políticos; provocó ensoñaciones mediante sonidos cautivantes; estimuló imaginaciones a través de relatos fantásticos; robusteció conciencias con tratamientos realistas; propuso aventuras vicarias extraordinarias que no supusieron riesgo alguno para sus interlocutores virtuales; posibilitó “conocer” lugares exóticos de un mundo que se fue haciendo cada día más pequeño; conectó antípodas musicales, testimoniales y culturales; hizo vibrar multitudes al calor de épicas narraciones deportivas; conmovió a millones con tragedias bélicas colosales o bien con desventuras individuales; ayudó a atravesar duelos; confortó con la risa y, cuando correspondió, propuso diversión, estimuló la reflexión o entregó sosiego.
Por supuesto, no lo hizo siempre armónicamente. En ocasiones fue incapaz de contener su voracidad crematística. A veces, su forja ideológica exhibió intolerancias. Pudo, alguna vez, no estar a la altura de las circunstancias. Quizás tuvo alguna claudicación ocasional respecto al esfuerzo creativo permanente que sus oyentes reclaman y merecen y supo incurrir en prácticas de un parasitismo meramente reproductor.
Pero nuestra memoria elige ir al rescate de sus momentos más logrados. Aquellos en que ninguna pereza intelectual desvirtúa la voluntad expresiva y comunicativa; esos en que la inteligencia hace causa común con la amabilidad y la gracia. Recuperamos cada uno de esos instantes en los que la textualización sonora aunó profesionalidad, compromiso, talento, creatividad, originalidad y vocación de servicio. Porque son esos momentos los que volverán a llenar de sentidos el segundo siglo de vida de la radio.
Y mientras hacemos eso, procuraremos entrenar nuestras habilidades para comprender su especificidad, manejar adecuadamente su discurso, imaginar modos de expandir su agenda temática y de diversificar y enriquecer sus modos expresivos.
En Lengua y Discurso III nos proponemos focalizar en la argumentación con el objetivo de propiciar la reflexión sobre el funcionamiento del discurso cuando una situación exige defender una postura o idea. A fin de que los estudiantes incorporen de manera consciente y comprendiendo su sentido, las prácticas que regulan la comunicación en el ámbito académico de las ciencias sociales y de la comunicación, la asignatura se concibe como un taller de análisis y producción que comprende dos instancias: la actividad de análisis y producción textual en el orden de la argumentación doxática (artículos de opinión) y en el orden de la argumentación epistémica (textos académicos).