Desde tiempos inmemoriales hemos recurrido al bosque en busca de abrigo, comida, combustible y madera. En la actualidad el bosque proporciona, además de esto productos, los llamados servicios ambientales en forma de paisaje, provisión de agua, fijación de carbono atmosférico, protección de los suelos, etc. Las demandas que tenemos sobre el bosque determinan los objetivos de manejo de los mismos. La silvicultura es la herramienta usada por el hombre para alcanzar estos objetivos.
El Gobierno Nacional y algunos Gobiernos Provinciales fomentan la instalación de plantaciones forestales y el manejo y conservación de los bosques nativos mediante subsidios económicos y beneficios fiscales. En gran medida, el uso eficiente de estos recursos depende del silvicultor, por lo que le cabe un rol social primordial.
El técnico forestal debe tener conocimientos teóricos y prácticos de las técnicas de manejo que le permitan elaborar y ejecutar una prescripción silvícola a escala de rodal. Estas técnicas abarcan el establecimiento de plantaciones, el control de la regeneración, el crecimiento, la composición y la calidad de la masa forestal. En este programa se incluye además un capítulo sobre incendios forestales que si bien no es un tema silvícola es importante para protección de los bosques naturales y artificiales.